Sepultadme en cuerpos
que al colorearse de mí
vayan perdiendo su indiferencia.
Demostraros así que la mancha es interesante,
el mestizaje una virtud.
Volar con la espalda contra la cama,
atada y consentida,
dejaros entrar en mi interior
donde me siento libre para reír y
besar sin fin.
Estrellaos contra mí ahora que podéis
e iluminémonos juntes
aun sabiendo que no soy un espacio seguro,
que no hay punto de equilibrio,
sólo choque y mezcla
y volvernos indistinguibles.
Ahí es cuando sé que no estoy sola
y me abro como una pasiflora,
para entrelazarnos,
para erguirnos,
construir paisajes sensitivos.
Vernos como sentirnos como tocarnos
como repararnos los pulmones
a base de respirarnos desesperadamente.
Alumbrémonos recurrentes,
insólites, esporádiques.
No recordar nuestro nombre
sino nuestro olor.
Eso sí que de verdad nos nombra,
inolvidable.
Cómo caen los cuerpos.
Que se meteoricen contra mí
que ardamos juntes al contacto de
nuestras atmósferas,
y podamos dormir,
al menos,
una noche tranquiles.
que al colorearse de mí
vayan perdiendo su indiferencia.
Demostraros así que la mancha es interesante,
el mestizaje una virtud.
Volar con la espalda contra la cama,
atada y consentida,
dejaros entrar en mi interior
donde me siento libre para reír y
besar sin fin.
Estrellaos contra mí ahora que podéis
e iluminémonos juntes
aun sabiendo que no soy un espacio seguro,
que no hay punto de equilibrio,
sólo choque y mezcla
y volvernos indistinguibles.
Ahí es cuando sé que no estoy sola
y me abro como una pasiflora,
para entrelazarnos,
para erguirnos,
construir paisajes sensitivos.
Vernos como sentirnos como tocarnos
como repararnos los pulmones
a base de respirarnos desesperadamente.
Alumbrémonos recurrentes,
insólites, esporádiques.
No recordar nuestro nombre
sino nuestro olor.
Eso sí que de verdad nos nombra,
inolvidable.
Cómo caen los cuerpos.
Que se meteoricen contra mí
que ardamos juntes al contacto de
nuestras atmósferas,
y podamos dormir,
al menos,
una noche tranquiles.
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